Artículo de la semana

Iván Mraz: El checo que
profesionalizó a la Liga…
y de paso al fútbol costarricense

Cuarenta y dos años atrás, en 1978, Liga Deportiva Alajuelense transitó por la que quizás haya sido su peor temporada histórica, al no conseguir una sola victoria durante la primera vuelta, llegando al punto de disputar con Guanacasteca el no descenso, y finalizando en el penúltimo lugar de la tabla.

Aquella grave crisis futbolística no era ajena a un fútbol nacional que, como lo destaca el historiador Chester Urbina, se había estancado en un nivel artesanal, cuyo principal avance estaba en la organización asociativa y federativa, mas no en su modernización técnica y táctica, por lo que ofrecía un espectáculo de regular calidad tanto a un nivel local como internacional. El fútbol local se encontraba supeditado al área centroamericana, todavía no se había hecho nada de cara a un campeonato mundial, a unos olímpicos o a unos juegos deportivos panamericanos. Nos faltaban organización, planificación y calendarización internacional. No se podía jugar martes, jueves ni domingo, porque luego se criticaba que el equipo no rendía al máximo. Estas cosas las llevaban a cabo los directivos, sin el criterio del entrenador.

Un año antes, en 1977, el checo Joseph Karel había logrado un campeonato más para el Deportivo Saprissa, en su primer año como director técnico.  Si bien los dos años siguientes fueron malos para Karel, había dado inicio sin saberlo a la denominada “escuela checa” caracterizada por una mayor estructura táctica y sobre todo física. El peligroso coqueteo con el descenso enfilaría las miras hacia aquel pequeño pero reconocido país europeo, subcampeón del mundo en 1934 y 1962 y ganador de la Eurocopa de 1976.

Los cordeles de la política y la diplomacia debieron engranarse en la intervención conjunta de un entonces joven canciller -liguista confeso- Rafael Ángel Calderón Fournier y el Partido Comunista local, en procura de esta meta. ¿Conoce acaso Ud., querido lector, un país o un ejemplo semejante? Eran los años duros de la Guerra Fría, no era tarea fácil contratar técnicos en un país miembro de la denominada “Cortina de Hierro”.

Iván Mraz llegó a nuestro país a crear un parteaguas en el fútbol nacional. Sus ideas, pero también sus acciones, fueron revolucionarias. Incursionó en la historia rojinegra no solo con metodologías de entrenamiento de primer mundo, sino también con contratos a los jugadores y personal administrativo.

Cumplía promesas e imprimía un tinte europeo a un equipo centroamericano. No en vano, equipos del Viejo Continente comenzaron a llegar a Costa Rica para hacer su pretemporada. Evidentemente, los contactos y credibilidad de Mraz eran vitales.

Su primera prueba de fuego llegó en la Gran Final del Campeonato de 1980. La Liga tenía nueve años -lea bien, así fue- de no haber alcanzado el título y ya la desesperación abundaba en el plantel y en todo el entorno manudo. A la serie definitiva llegaron los erizos y el Club Sport Herediano.

Su primera prueba de fuego llegó en la Gran Final del Campeonato de 1980. La Liga tenía nueve años -lea bien, así fue- de no haber alcanzado el título y ya la desesperación abundaba en el plantel y en todo el entorno manudo. A la serie definitiva llegaron los erizos y el Club Sport Herediano.

Con Mraz como director técnico llegó el ansiado campeonato, el número 13 en la historia de la institución. Había un ingrediente especial pues era la primera vez en que se enfrentaban en la final liguistas y florenses. El cetro fue para los de El Llano.

Otro título inolvidable fue el de 1991, también con el checoslovaco como entrenador. Con él, sentado en el banquillo, la Liga alcanzó el único campeonato hasta el momento obtenido en San Juan de Tibás. Se obtuvo con aquel inolvidable 1 a 0 a domicilio con gol de Austin Berry, que desató lo locura. Gran mérito de Mraz.

Y hay un cetro todavía indeleble en la memoria del liguista. Fue el de 1992, también ante el archirrival de toda la vida. Ahí el entrenador era Jan Postulka con Iván Mraz como gerente deportivo. El club rojinegro alcanzó su campeonato número 17 en un Morera Soto al que no le cabía ni una aguja, gracias a un golazo de Óscar Ramírez.

Tenía, tiene y seguramente tendrá siempre cara de pocos amigos. Hombre de trato tosco, de pocas emociones pero con una dosis de profesionalismo, orden y visión que le dio otra cara a la Liga Deportiva Alajuelense y, en cierta medida al propio futbol costarricense. Hoy ya octogenario disfruta de su retiro junto a su pareja, doña Flora Sandoval, en su país natal.

En “Centenario de Leyendas” les compartimos de seguido la entrevista realizada:

La entrevista

CDL: ¿Cómo llega a Costa Rica? ¿Sabía algo del país antes de llegar en el año 1979?

No, yo prácticamente no sabía nada. Cuando se confirmó que vendría a Costa Rica, estudié un poco acerca de Costa Rica.

CDL. Entendemos que intervino don Rafael Ángel Calderon quien en aquel momento era Canciller, ¿usted recuerda algo de eso?

Sí claro, su intervención fue muy importante para mi llegada, sin su intervención yo no hubiera superado algunos obstáculos.

CDL: ¿Usted por qué sabía español, don Iván?

Yo no sabía mucho español, pero cuando comenzaron estas conversaciones, empecé a estudiar, y como tengo un poco de talento para aprender lenguas latinas entonces pude hacerlo. No tengo capacidad de aprender inglés, pero sí español.

CDL: ¿Su llegada al país tuvo relación con un importante checo que estuvo en Costa Rica, don Joseph Karel?

No, yo estuve bastante lejos de él porque su domicilio en Eslovaquia era otra parte de la República, entonces, sí tuvimos alguna pequeña relación, intercambios para preguntarle cosas que él ya había sobrevivido (risas), pero no era fuerte.

CDL: ¿Cuáles fueron los cambios o aportes tácticos y físicos que introdujo a la Liga?

Yo creo que lo más importante era que ellos escucharan y obedecieran al entrenador, no que estuviera jugando cada uno a su manera, porque eso terminaba en un desastre. Esa era mi filosofía y los convencí gracias también a algunos jugadores inteligentes y disciplinados que tenía el equipo. Disciplina en juego, disciplina de futbol, como caminar en la cancha, como pasar la bola, como reaccionar en frente a ciertos escenarios.  

CDL: ¿Cuáles jugadores fueron más receptivos a ese mensaje de Iván Mraz en aquel momento?

Victor Monge, que era mi mano derecha y mi intérprete de todas mis ideas, tenía más experiencia. Después Chaves Innecken que también era como en el campo mi mano derecha. Y en el campo me ayudó mucho Rodolfo Mills. Ellos tres me ayudaron mucho a introducirme en el fútbol nacional.

CDL: ¿La implementación del doble turno fue alguno de los nuevos temas que introdujo Iván Mraz?

Sí, esto era automático porque realmente a base de esa introducción nosotros superamos dentro medio año todos los equipos que participaban en el campeonato.

CDL: Sí claro, la Liga pasó casi que de descender en el año 1978 a obtener el campeonato en el año 1980. Una pregunta entonces en relación con esto, de los equipos de la Liga que usted entrenó, ¿cuál considera que fue el mejor técnicamente?, ¿el de 1980 o el de 1991-1992?

Yo creo que 91-92 porque hubo poco tiempo para trabajar y enseñar ya que el jugador tico necesita enseñanza y que, si no tiene enseñanza y aprende automáticamente de naturaleza, entonces no hay parte de este aprendizaje, y sale por el camino equivocado.

CDL: ¿Por qué insiste que el tico necesita esta enseñanza? ¿Qué le falta al jugador costarricense promedio, don Iván?

¿Qué le falta al jugador tico? Le faltan deseos de ser grande.

CDL: Estoy de acuerdo con usted. ¿Cómo era esa enseñanza de Iván Mraz? ¿Implicaba una parte psicológica o era de tipo táctico, técnico?

Era con todo el equipo de forma conjunta, también hablando con cada jugador de forma individual para después formar la idea completa, y que todos los jugadores se entendieran y me entendieran.

CDL: ¿Cuál es la opinión que usted tiene de un jugador como Wilmer López?

Es un gran jugador de nacimiento, lástima que no lo pescó un entrenador cuando él tenía 14 o 15 años y lo orientó y preparó físicamente para altas metas, no solamente para el campeonato nacional.

CDL: ¿Qué le faltó a Wilmer en esa etapa, don Iván?

Le faltó otra pierna…. técnicamente hablando y 30 minutos de partido.

CDL: Otro jugador que después trascendería como entrenador es Oscar “Macho” Ramírez. ¿Cuál es su opinión de él como jugador, y después como técnico?

Era otro gran jugador, yo lo estimaba mucho. Como técnico no sé, no lo conozco profundamente sus posiciones, sus decisiones, entonces mejor no opino. Pero como jugador era muy bueno, era organizador, teniendo unos tres jugadores más podríamos como él podríamos haber sido campeones del mundo.

CDL: En términos de ese talento organizativo en el terreno de juego, ¿cuál de los dos desempeñaba un mejor papel, Wilmer u Oscar?

Cada uno tenía su forma de jugar, Wilmer daba el apoyo en cancha, Oscar estaba más afuera, explicando, colaborando más con los compañeros afuera, dos cosas diferentes, pero con el mismo fin.

CDL: Su relación y opinión sobre Josef Miso, pues gracias a Josef Miso llegamos a usted y lo aprecia mucho él a usted.

Yo también a él. Para mi desde el inicio era un poco complicado, después se desarrolló bastante en forma progresiva. Yo creo que todavía le faltaba un poquito más para ser un eslovaco pelé.

CDL: ¿Qué le faltaba, don Iván? ¿Tal vez algo físico?

No creo que fuera físico, es algo diferente, con eso se nace.

CDL: Don Iván, algún técnico que actualmente usted admire, que le guste su trabajo, ¿podría citarnos alguno?

Iván Mraz: (Pensativo).

CDL: ¿Qué es y qué representa Liga Deportiva Alajuelense para Iván Mraz?

Algunos años muy felices y agradables, llenos de alegría.

¿Cómo era el día a día con Iván Mraz?

En “Centenario de Leyendas” consultamos a tres pesos pesados dentro de la trayectoria de la institución sobre cómo era convivir con Iván Mraz. ¿Por qué se dice que hubo un antes y un después a partir de la llegada del checo?

El histórico delantero de Liga Deportiva Alajuelense, Álvaro Solano, manifiesta que los sistemas de entrenamiento fueron totalmente distintos en la era de Mraz, al punto de que físicamente el club prácticamente “volaba”.

“Cuando él llegó a Costa Rica tuvo que luchar contra muchas cosas que quizá ni le pasaban por la cabeza, como entrenar en lugares en los que no se podía ni correr. Don Iván le dio a la Liga un carácter sumamente profesional. Tenía contactos muy buenos y, por ejemplo, acá venían equipos europeos a hacer sus pretemporadas”, rememora Solano.

Nos fuimos un poco más adelante en el carrusel de la historia y un criterio similar externa el recordado defensar y leyenda manuda, Ricardo Chacón, titular indiscutible en el memorable campeonato de 1991. A su juicio, la metodología del europeo era algo nunca antes visto en el país.

“El principal sello que don Iván le dio a la Liga Deportiva Alajuelense fue el de profesionalizar a la institución, en todo sentido. Desde las dobles y extenuantes sesiones diarias de entrenamiento hasta ordenar los temas de contratos tanto de jugadores como de personal administrativo. Nos convertimos en un equipo con tinte europeo”, recuerda Chacón.

Por su parte, el eterno capitán, Mauricio Montero, advierte que Mraz era un hombre de pocas palabras pero resultados concretos, que se transformaban sencillamente en un factor que contribuye a engrandecer a un club deportivo: títulos.

“Vea, se lo pongo así. En la entrada de la oficina de don Iván había como un póster de esos perros bravos bulldog, ¡imagínese! Él no era de andar saludando mucho ni de hacer bromas o perder el tiempo, pero a punta de trabajo y resultados se fue ganando el respeto de todos, aunque también tuvo sus diferencias con algunos”, menciona Montero.

Iván Mraz dejó una huella indeleble al frente de sus distintos cargos en Liga Deportiva Alajuelense. Tildado por algunos de déspota o casi un dictador, fue un europeo que marcó un antes y un después en la historia eriza. Los títulos hablan y él los obtuvo. Por eso está en “Centenario de Leyendas” … aunque tenga cara de pocos amigos.