Artículo de la semana

Ricardo chacón chaves

Un defensor que alternó el balón con las aulas y la lucha contra el cáncer infantil.

Austin Berry corrió sin freno alguno por toda la banda izquierda. En un intento desesperado por evitar el gol que liquidaba la gran final del torneo de 1991, el defensor saprissista Max Sánchez intentó sujetarlo de la camisa pero fue infructuoso. Zurdazo a media altura del número 18 y se desató la locura en San Juan de Tibás.

La Liga Deportiva Alajuelense obtuvo, ante su archirrival, un campeonato que no ganaba hacía siete años. Un 2 a 1 en el Morera Soto y 1 a 0 de visita quedaron en la historia como los últimos marcadores que le dieron a la institución el título 16 en su palmarés. Y ya urgía, por cierto, y explicaba la ansiedad de los aficionados, directivos y jugadores.

La celebración se desbordó. A duras penas el autobús pudo llegar a la Catedral de Alajuela, que no podía albergar un aficionado más. Ya eran casi las 9 de la noche cuando Ricardo José Chacón Chaves, pieza vital para que llegara ese trofeo, abandonó a toda prisa al grupo en plena algarabía.

Lo hizo por convicción y no por obligación. El defensor manudo se marchó a casa, pues el día siguiente tenía examen en la universidad. No era nuevo en ese ajetreo: entrenamientos, libros, concentraciones, partidos, cuadernos, goles…una combinación que con disciplina y constancia lo llevó a obtener una maestría en Administración de Empresas.

Chacón se aleja mucho de la imagen de un exjugador de paso en la Liga Deportiva Alajuelense. No le gustan los elogios, pero este exdefensor izquierdo es el último jugador retirado de la institución, que sólo vistió los colores rojinegros en sus trece años de carrera. Lo define como un honor.

“Yo tenía limitaciones técnicas, sin embargo lo compensaba con el amor a la camisa. En estos momentos me duele lo que pasa con el equipo, pero por encima de cualquier título, debe entenderse que LDA es una institución con cien años de historia, valores, principios y solidaridad”. Poco que añadir.

Acudimos puntuales a la cita concertada con este vecino de Santa Bárbara de Heredia. Todos los días, si el tráfico vehicular lo permite, ya a las 6:30 de la mañana comienza sus labores en el Estadio Nacional. Eso sí, no sabe la hora de salida.

Hombre de familia, logros y sin vicios

Su estilo es reflexivo, pausado y evidentemente, por la naturaleza de su cargo, interrumpido por constantes llamadas o visitas a su amplia oficina, ubicada a pocos metros de donde se llega a la pista de tartán del estadio, el cual comenzó a gerenciar en diciembre de 2014.

El recinto de trabajo es sencillo, pero ordenado y silencioso. En cierto sentido se asemeja a la vida de este exlateral izquierdo, recordado no solo por defender sino también por su alta cuota de goles.

En total, marcó 20 con la Liga, y algunos fueron de gran factura, incluyendo certeros cabezazos y potentes remates con la zurda y hasta “medias voleas”. Casi siempre los celebraba besando la camisa y se notaba que no era una pose fingida o en busca de fotos. No existían las redes sociales.

“Hernán Fernando Sosa siempre me impulsaba a ir al frente, y era una garantía contar con él y con Mauricio (Montero). Además tenía muy buena condición física, lo que me permitía subir y bajar muy rápido”, recuerda Chacón.

Sus inicios en las filas rojinegras se remontan a 1985. Estuvo cerca de formar parte de las divisiones menores del Club Sport Herediano, pero el pago que le ofrecían las reservas de LDA en ese momento le permitieron algo que nunca negoció: el estudio. Con el dinero que recibía viajaba en bus a la Universidad de Costa Rica antes o después de los entrenamientos, dependiendo del día.

El debut oficial se dio en 1986 en la era del eslovaco Josef Bouska. Un año después el defensor era titular indiscutible. Su mejor momento fue en 1991, cuando fue un bastión para el título de ese año.

En su palmarés, destacan tres campeonatos nacionales y formar parte del elenco que disputó la final de la Copa Interamericana contra el River Plate en 1987, donde había figuras del nivel de Oscar Ruggeri, Claudio Paul Caniggia y el portero Sergio Goycoechea.

La carrera de Chacón pudo haber sido más prolífica. Su rodilla derecha no lo quiso así. Cuatro operaciones se encargaron de que a los 29 años colgara los tacos pero no los cuadernos. Incluso, fue necesario un trasplante de la articulación para una mejor calidad de vida, intervención que se postergó una y otra vez, debido a sus múltiples ocupaciones profesionales.

El trago agridulce de Italia 90

Pastor Fernández, Evaristo Coronado, Enrique Díaz y Alejandro González. Si usted, amigo lector, peina canas y relaciona el nombre de estos exfutbolistas con la Copa Mundial  de Italia 1990, posiblemente sea de los que opine que al menos uno o dos de ellos merecieron estar en la lista final de convocados. Sobre todo el primero.

Pero hay otro que en ocasiones se olvida y con un dato que no todos recuerdan. A ese inolvidable certamen fueron 22 jugadores escogidos por Velibor “Bora” Milutinovic, y la última escogencia se dio de un total de 25 futbolistas. Tras casi un mes de intensos entrenamientos, que casi se asemejaban a castigos en San Rafael de Heredia, debía darse una última selección. No hubo campo para Leoni Flores, Gilberto Rhoden ni Ricardo Chacón.

El liguista contaba en ese momento con 23 años y atravesaba un excelente momento en su carrera deportiva. La titularidad ya lo acompañaba.  No era ningún novato y tampoco entraba en una etapa con lesiones recurrentes o bajonazos en su nivel de juego. Bueno, por algo Bora prácticamente se fijó en él hasta el final.

“Lloré por supuesto en su momento, pero vea… Italia 90 para mí fue una bendición, porque después de ese año me sucedieron cosas muy buenas y le agradezco a Bora, más bien, la oportunidad de tomarme en cuenta hasta el último ciclo”, confiesa con sinceridad Chacón, quien recuerda que el entrenador serbio desayunó con él durante tres horas a la mañana siguiente de que se conociera la lista definitiva.

Las vueltas del destino. 25 años después, Ricardo, ya no con tacos sino en saco y corbata y convertido en director de Selecciones Nacionales, disfrutó y fue partícipe de una actuación que posiblemente no se repita más en un Campeonato Mundial de Fútbol: El octavo lugar invicto en Brasil 2014.

“La vida no es solo fútbol, de hecho es un deporte que debe ser un medio y no un fin. Yo ni a Bora ni a nadie en el mundo le guardo rencor, cuando ha venido a Costa Rica nos vemos, nos saludamos y nos reímos”, expresó Chacón con una palpable sinceridad.

Una sola expulsión en 13 años de carrera

La exclusión de Italia 90 implicó una gran tristeza, pero no tan profunda como otro capítulo amargo en el libro del fútbol de Chacón. Estuvo muy cerca de no recibir una sola tarjeta roja en más de una década en las canchas, hasta que llegó uno de esos partidos “bravos”. Fue en el Estadio Lito Pérez, en aquel entonces una verdadera olla de presión. Aquella olla mágica.

“Perdíamos ante un equipazo que tenía Puntarenas en esa época y necesitábamos ganar. Me mandaron adelante, y cerca de la media cancha, en un contragolpe, no le llegue al balón y bueno, fue una patada al rival… ¡roja directa! bien ganada”, recuerda el exdefensor.

El polémico exárbitro, Ramón Luis Méndez, fue quien le mostró la única tarjeta roja que vio en sus 13 años de carrera deportiva. Fiel a su estilo, directo y sincero, Méndez asegura que recuerda con mucho cariño al defensor y le agradece ser tomado en cuenta para participar en una de las ediciones de los 90 Minutos por la Vida.

“No le voy a decir que me duele porque tenía que hacerlo, pero es de esas expulsiones que a uno le incomodan. Ricardo era un líder positivo dentro y fuera de la cancha, era y es un caballero”, manifestó Méndez, hoy comentarista en temas arbitrales.

¡Golazo al cáncer infantil!

El gol de Chacón en la final contra el Deportivo Saprissa en 1991, quizá es el que  quedó grabado en la retina del aficionado liguista. Sin embargo, ese no es el más importante para el propio jugador. ¿Por qué no?

Jason Rodríguez (qepd) le cambió la vida al exlateral manudo. Víctima de un cáncer letal, a sus 16 años, pidió conocer al futbolista. Por supuesto, Ricardo accedió. Lo visitó, se encariñó y le nació un profundo sentimiento de solidaridad con los niños que luchan contra este terrible padecimiento.

Minutos antes de aquel memorable partido contra Belén en que LDA derrotó a Belén 4 a 1 con gol de Alexis Rojas incluido, le notificaron a Ricardo que Jason sufrió una grave recaída y había que prepararse poco a poco para lo peor.

El jugador anotó un golazo desde fuera del área grande. Se lo dedicó a Jason y así constó en la entrevista que le hizo la periodista deportiva Adriana Durán, a pesar de que todas las libretas y micrófonos giraron en torno al Supermán esa noche.

“Mi contacto con Jason me marcó la vida. A partir de ese momento y junto con otros jugadores, como Erick Lonnis, nos organizamos y nació el ´Clásico del Amor´. Luego se convirtió en los 90 Minutos por la Vida, que inicialmente tenía la participación de tres equipos y ahora ya cuenta con cuatro.”, detalla con orgullo Ricardo.

El Torneo 90 Minutos por la Vida llegará en 2020 a su edición número 20. Lo organiza la Asociación Lucha contra el Cáncer Infantil, con el aporte del exjugador. Su objetivo es recaudar fondos para contrarrestar esta enfermedad. Además, es un espacio para que los menores se diviertan y olviden por unas horas el padecimiento que enfrentan.

Ricardo Chacón irradia tranquilidad, reflexión y paz interior. Los únicos dos momentos de la extensa charla en los que golpeó la mesa sin llegar a enojarse, fueron cuando enumeró los logros de su gestión al frente del Estadio Nacional y al recalcar que su equipo del alma, la Liga Deportiva Alajuelense, es una mezcla de historia, principios, valores y trayectoria. Más allá de cualquier título.

“Yo amo a la Liga y no es que volvería… ¡voy a volver!”.

“Me dolió no ir a Italia 90, pero estoy muy agradecido con Bora”.

“En mis 35 años en el futbol no he visto un jugador como Froylán Ledezma, siempre traté de acuerparlo”.

“Por encima de cualquier título, de la 30 o de los que vengan la Liga es mucho más que eso”.